Ayer por la noche caminé un buen rato saliendo del cine por las calles de Zaragoza. Una vez superada una sesión de anime de lo más extraña decidí, después de fumarme el enésimo cigarrillo del día, entrar en un bar del centro a comerme una hamburguesa. Allí cené a gusto y charlé cinco minutos con una mujer que me preguntó sin ningún pudor sobre mi vida y existencia. Veinte minutos más tardé me despedí salí del local.
El aire de mediados de primavera aún no anima a llevar ropa de verano, pero es cierto que se comienza a notar la libertad del entretiempo, y ya pronto el aviso de los próximos futuros bochornos insoportables. La hamburguesa, como la película, más que comestible, y el posterior paseo, aunque en soledad como es de costumbre últimamente, fue de los más agradable.
Llegué al barrio humilde dónde tengo alquilada una cama de "hostel" también humilde, claro, y me senté a fumarme el último cigarro en el banco de una plaza. Lo cierto es que llevo ya un tiempo en que, supongo que por decisión propia, no me espera nadie nunca, no recibo mensajes más allá de las contestaciones de rigor cuando yo los escribo, y no tengo previsión a medio plazo de conseguir lazos que cambien mi situación, más allá de lo que pueda conseguir a nivel laboral y de nuevas amistades.
Ayer, en el banco de aquella plaza, y como otras noches, pensé en lo que significa estar solo. Es cierto que evitas problemas, ya que sólo tienes los tuyos, aunque siempre te falta soporte para mantenerte a flote en muchos aspectos y eso puede ser un problema grave en sí mismo y que te haga depender de otras personas. En mi caso el nivel de dependencia es muy bajo, así que me puedo permitir ser una persona desaparecida sin que nadie se pregunte qué estaré haciendo, es decir sin dar explicaciones. Es por lo que he luchado durante mucho tiempo y es lo que estoy trabajando ahora mismo!
En definitiva dicen que se puede estar muy solo estando acompañado y viceversa, y yo llego a la conclusión de que hay que buscar tiempo para todo. Todo el mundo necesita sentirse acompañado y a la vez todas las personas requerimos de nuestro espacio personal. Ésto que a mi parecer es algo que debe ser entendido. Cada uno tiene su ritmo y debemos ayudarnos a no romper éste, porque de ésto depende la felicidad propia y la de los demás.
Tengo para una noche más en el "hostel" así que estaré gozando de la ciudad de Zaragoza y su gente. Mañana vuelvo a mi pueblo, Taridenta, dónde son las Fiestas de Mayo y podré participar en alguna que otra actividad.